En las últimas décadas el derecho privado – especialmente el corporativo/empresarial en Colombia – ha tenido grandes avances tales como: (i) la adopción de la Sociedad por acciones simplificada; (ii) el régimen de insolvencia empresarial; (iii) el régimen de tratamiento de datos personales; (iv) el régimen de protección al consumidor, entre otros. Sin embargo, es tiempo de que el ordenamiento jurídico colombiano se empiece a poner al día con las tendencias mundiales en regulación de la nueva era, – enmarcadas en los últimos avances tecnológicos -. No para agrandar nuestro ya basto y engorroso ordenamiento jurídico, sino para mejorarlo, simplificarlo y para situarlo a la vanguardia en temas de regulación y de industria.
El avance de las nuevas tecnologías es una realidad y en Colombia ya empieza a ser palpable, así que lo mejor es estar preparados para seguir impulsando ese desarrollo en el marco de un contexto jurídico acorde y amigable. Lo anterior tiene como base el hecho de que potenciales inversores, empresarios y emprendedores, antes de iniciar un proyecto productivo, tienen como uno de los puntos a evaluar, entre otros, el de la regulación existente en el lugar en donde planean realizar la inversión, y si esta no es adecuada o es muy compleja, lo más probable es que los inversores escojan un lugar diferente para el desarrollo de su empresa.
Así pues, en el contexto de la atracción de inversionistas y del favorecimiento al ejercicio de la función empresarial, resulta evidente que es preferible un contexto regulatorio simple y actualizado, que uno complejo y/o desactualizado. En este último escenario, la misma complejidad regulatoria puede obstaculizar la efectividad, la eficiencia e incluso favorecer la corrupción en su aplicación.
El año 2008 con la crisis financiera y los años que siguieron, se configuraron como una catapulta para las nuevas tecnologías relacionadas con la regulación y con ciertos sectores de la economía que hoy en día, se están viendo muy influidos por tecnologías como: (i) Blockchain, (ii) Big Data, (iii) Inteligencia Artificial, etc.
Algunos los sectores que se han venido desarrollando durante las dos últimas décadas son:
- FinTech: Financial Technology, se refiere al uso de la tecnología en el sector financiero, como por ejemplo en: operaciones bancarias, métodos de pago, Crowdfunding.
- RegTech: Regulatory Technology, RegTech se enfoca en la idea de usar la tecnología para facilitar el cumplimiento de la regulación (compliance) e incluso para el diseño de esta.
- SupTech: Supervision Technology, se puede considerar un derivado de la RegTech, pero enfocado a los servicios de supervisión por parte de los supervisores financieros.
- LegalTech: Legal Technology, se relaciona principalmente con la tecnología aplicada a la prestación de servicios jurídicos o legales.
- InsurTech: Insurance Technology, se refiere a la aplicación de las herramientas tecnológicas para mejorar los servicios prestados por el sector asegurador.
- PropTech: Property Technology, denota el uso de herramientas tecnológicas con el fin de mejorar los servicios prestados por el sector inmobiliario (administración, mantenimiento, alquiler y venta de propiedades).
- ConTech: Construction Technology, se relaciona con las PropTech, pero concentrado en el diseño y construcción de estructuras, es decir, dirigido a cambiar y mejorar el sector de la construcción.
Tanto Asia como Norteamérica han sido durante estos años las regiones que más han impulsado el desarrollo de estas tecnologías. Sin embargo, en Latinoamérica se ha presentado una explosión de la industria de las FinTech, particularmente en Brasil, México y Colombia, lo cual debe ser visto como una gran y esperanzadora noticia para todas las personas y agentes interesados en el desarrollo tecnológico, – no solo del sector financiero, sino de todos los sectores -.
Es evidente que la tecnología es un aspecto trasversal a todos los sectores de la economía y es una realidad que los países deben acoger. Oponerse al desarrollo tecnológico significa condenar al país al subdesarrollo. En ese sentido, todas las personas deben estar preparadas para explotar de la mejor manera las herramientas tecnológicas a las que tengan acceso viéndolas como una oportunidad en lugar de un enemigo.
El Derecho, desde la más básica y amplia perspectiva, es una herramienta tendiente a regular la vida en sociedad, las relaciones humanas en casi todos los ámbitos y por lo tanto, los cambios más importantes en materia legal y de prestación de servicios jurídicos profesionales van a ir de la mano con la tecnología, razón por la cual, sería un error oponerse al cambio en lugar de aprovecharlo. Tanto los abogados como las autoridades deben estar – en la medida de lo posible – a la vanguardia en cuanto al desarrollo tecnológico, con el fin de ser más competitivos como personas, empresas, ciudades, países y regiones.
Por supuesto que el desarrollo tecnológico además de facilitar muchas de las tareas cotidianas, trae consigo algunos retos, sobre todo en el campo del derecho y la regulación, los cuales más que obstáculos, pueden considerarse como campos de estudio y desarrollo interesantes, entre estos retos, el que se encuentra mas relevante, e incluso palpable hoy en día, es el del manejo y protección de los datos personales.
Julián Andrés Segura Restrepo
Referencias:
FINTECH, REGTECH Y LEGALTECH: Fundamentos y desafíos regulatorios. Directores: Aurelio Gurrea Martínez; Nydia Remolina. Tirant lo blanch: Valencia, 2020.
