La Alianza del Pacífico: alternativa latinoamericana de fortalecimiento de negocios con China

Las relaciones de negocio que puedan existir entre Latinoamérica y China han sido observadas desde dos marcadas perspectivas. Por un lado, algunos argumentan que la relación de complementariedad natural genera beneficios mutuos, mientras que  otros, enfatizan que los estados latinoamericanos están desarrollando una dependencia de una China colonialista y aprovechada.

La interpretación de las economías productoras de materias primas dependientes de la economía china para agregar valor a sus materias primas y comprar bienes industriales, – que se conoce como sistema de hub-and-spoke –, refuerza la posibilidad de la existencia una estructura opresiva que explota a los débiles en un sistema internacional de división del trabajo.

La Alianza del Pacífico, por su parte, es una muestra de la alternativa que le queda a los estados latinoamericanos para evitar el imperio de lo que para algunos podría ser una catástrofe económica en donde los recursos primarios se ven adquiridos a precios extremadamente bajos por el gigante asiático, deviniendo en una dependencia total del comercio chino que de ninguna manera podría suponer mutuos beneficios. Por esto, es importante para los estados de América Latina crear organizaciones regionales para proteger sus intereses, frente al ya pronunciado ascenso de China en la importancia de los negocios mundiales.

Así pues, sería beneficioso para los estados latinoamericanos coordinar sus acciones estableciendo un ecosistema económico con una posición negociadora común que fortalecería su situación con respecto a China, – especialmente por el comercio sustancial con China que existe en las naciones que hoy negocian de manera individual -.

La Alianza del Pacífico, al ser un proyecto de integración económica que simultáneamente tiene origen latinoamericano y un enfoque que es tanto el Pacífico latinoamericano como el asiático, debería ser una institución adecuada para que sus miembros enmarquen y desarrollen su relación con China no de manera individual, sino regional, desempeñando un papel central en una política que contrarreste al menos parcialmente una posible dependencia de China. Lo anterior se erige además, como un vehículo para que los miembros que se vinculen desplacen parcialmente otros poderes coloniales que estén aprovechándose de sus recursos, construyendo un mercado común que sirva para aumentar el comercio de la región y obtener acceso a las cadenas globales de valor.

Los estudios sobre la convergencia económica entre los miembros de La Alianza de Pacífico sugieren que el comercio interno es bajo y que los miembros no tienen una participación significativa en las cadenas globales de valor. Por lo tanto, no parece tener mucho sentido entender a esta alianza como un proyecto destinado a integrar las economías de sus miembros entre sí. En cambio, tiene sentido como una plataforma para negociaciones birregionales de bloque a bloque o bilaterales de bloque a estado con actores asiáticos como por ejemplo China.

Por lo tanto, para los países de América Latina, es hora de enmarcar y canalizar su interés en China y su relación con China a través de la Alianza del Pacífico u otras iniciativas regionales, reemplazando así las relaciones bilaterales individuales con una relación bilateral colectiva entre Latinoamérica y China.

Esto puede contrarrestar, – al menos parcialmente -, las fuerzas que pueden reducir a los miembros a exportar materias primas, y dependiendo de China para agregar valor a esas materias primas y vender productos industriales a los miembros, debiendo entonces, sustituir la red bilateral de hub-and-spoke con China en el centro y los estados latinoamericanos como los radios, con una relación bilateral entre China y La Alianza del Pacífico.

De contera, ello ayudaría a superar parcialmente las limitaciones de capacidad de China y evitaría los costos generados al interactuar con varias jurisdicciones, por lo que una posición común de negociación también podría ser beneficiosa para China. En este sentido, y como consecuencia involuntaria, La Alianza del Pacífico quizás podría promover que la integración económica latinoamericana pase de ser una idea a producir efectos económicos reales.

Eduardo José Botero Amaya

KBSV Abogados

Referencias bibliográficas

Coutin, R. And Terán, J.M. (2016), “La Alianza del Pacífico: ¿apuesta estratégica de la política exterior colombiana?”, Estudios Gerenciales, Vol. 32, pp. 346-357.

Cortes Rondoy, J. (2018), “China: riesgos y oportunidades para la Alianza del Pacífico”, Encrucijada Americana, Vol. 10 No. 1, pp. 71-104.

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